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viernes, 7 de marzo de 2014

ATENCIÒN DE LOS ESTUDIANTES DISCAPACITADOS EN LA UNIVERSIDADAD

CAPÍTULO 1
ATENCIÓN A LOS ESTUDIANTES CON DISCAPACIDAD
EN LA UNIVERSIDAD
Víctor M. Rodríguez Muñoz
Antes de adentrarnos en los capítulos centrales de lo que pretende ser
una guía para mejorar los procesos de solicitud y concesión de adaptaciones
a los estudiantes, conviene:
• Realizar una breve clarificación conceptual.
• Detenernos brevemente en las principales acciones llevadas a cabo
por la UNED en los últimos años.
• Presentar algunos aspectos de la organización y funcionamiento de
UNIDIS.
• Aportar algunas cifras y datos relativos a los estudiantes con discapacidad
en la UNED.
1.1. MARCO CONCEPTUAL
En los próximos apartados vamos a realizar una breve clarificación
sobre los términos y conceptos que serán manejados en estas páginas y a
mencionar algunos de los referentes legislativos más importantes para los
estudiantes con discapacidad.
1.1.1. Concepto de discapacidad
A lo largo del tiempo se han acuñado diversos términos para referirse a
las personas que presentan algún tipo de limitación funcional o una diferencia
respecto a lo que se considera la «norma». Son términos que no han
resultado nunca precisos ni mucho menos compartidos por todos. Muchos
de ellos proceden del ámbito de la salud y responden a una concepción o
modelo médico, en el que el énfasis se pone en las características individuales
(por lo general deficitarias) y nunca en factores de tipo contextual.
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GUÍA DE ADAPTACIONES Y RECURSOS PARA ESTUDIANTES CON DISCAPACIDAD
El paso de los años los ha ido convirtiendo también en términos peyorativos
y ello ha obligado, junto con la lógica evolución de modelos de carácter
más social, a proponer nuevos términos que responden, a su vez, a nuevas
concepciones.
En los años 80, los conceptos relacionados con la discapacidad experimentaron
un importante cambio: La Organización Mundial de la Salud
presentó un documento denominado «Clasificación Internacional de las
Deficiencias, Discapacidades y Minusvalías» (CIDMM)1 cuya aportación
fundamental consistió en proponer una definición de la discapacidad no en
función de las causas que provocan una deficiencia (por lo general una
enfermedad), sino por las consecuencias que estas deficiencias pueden
generar en el funcionamiento del individuo.
En esta clasificación se distinguieron los conceptos de:
• Deficiencia: Pérdida o anormalidad de una estructura o función psicológica,
fisiológica o anatómica.
• Discapacidad: Restricción o ausencia (debida a una deficiencia) de la
capacidad de realizar una actividad en la forma o dentro del margen
que se considera normal para un ser humano.
• Minusvalía: Situación desventajosa para un individuo determinado,
consecuencia de una deficiencia o una discapacidad, que limita o
impide el desempeño de un rol que es normal en su caso, en función
de su edad, sexo, factores sociales y culturales.
Estas definiciones reflejaron una concepción nueva en la que el énfasis
se situaba más cerca de las posibilidades del individuo que de la referencia
estricta a su condición de salud. En el ámbito educativo esta distinción inicial
supuso, sin lugar a dudas, un paso adelante de notable magnitud.
La Ley 13/ 1982, de 7 de abril, de Integración Social de los Minusválidos
(LISMI), es la que mejor refleja estas nuevas perspectivas y concepciones.
En ella se sientan las bases de casi todos los desarrollos legislativos
posteriores en este ámbito. En el plano educativo, la LISMI ya
1 La versión en castellano de este documento fue publicada por el IMSERSO en 1997: OMS (1997):
Clasificación Internacional de Deficiencias, Discapacidades y Minusvalías. Madrid: IMSERSO.
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ATENCIÓN A LOS ESTUDIANTES CON DISCAPACIDAD EN LA UNED
introduce la gratuidad de determinados tipos de enseñanzas y aboga por las
adaptaciones y ajustes para las personas con «minusvalía».
Pero, a pesar de su indudable trascendencia, esta clasificación sufrió importantes
críticas. Algunas tuvieron que ver, por ejemplo, con el carácter aún peyorativo
del término «minusvalía» o con el propio enfoque global del texto, en el
que se sigue poniendo de relieve la carencia, la desventaja y la limitación.
A lo largo de la siguiente década, se puso en marcha un largo proceso de
revisión, que culminó, en 2001, con la aprobación, por la 54ª Asamblea
Mundial de la Salud, de la nueva clasificación revisada (CIDMM 2) que
pasó a denominarse, de forma definitiva, Clasificación Internacional del
Funcionamiento, de la Discapacidad y de la Salud, (conocida por sus siglas
abreviadas CIF).
En esta nueva clasificación, la discapacidad pasa a designar, de
forma genérica, las deficiencias en las funciones y estructuras corporales,
las limitaciones en la capacidad de llevar a cabo actividades y las restricciones
en la participación social del ser humano.
No se trata, por tanto, de establecer tres niveles de consecuencias de la
enfermedad (deficiencia, discapacidad y minusvalía), sino más bien de considerar
a la salud como un elemento más (no el único) que puede tener consecuencias
en el funcionamiento de los individuos y, por tanto, en la condición
de discapacidad.
El funcionamiento y la discapacidad se organizan en torno a dos grandes
apartados:
• Las funciones y estructuras corporales: funciones fisiológicas y estructuras
anatómicas que pueden presentar deficiencias.
• Las actividades y la participación: entendidas como la realización o
desempeño de tareas y acciones por parte de un individuo o el acto de
involucrarse en una situación vital.
La principal novedad que aporta esta nueva concepción es la consideración
de los factores denominados contextuales que pueden tener una incidencia
directa sobre el funcionamiento y la discapacidad. Estos factores
pueden ser:
GUÍA DE ADAPTACIONES Y RECURSOS PARA ESTUDIANTES CON DISCAPACIDAD
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• Factores ambientales: constituidos por el ambiente físico, social y actitudinal
en el que viven las personas. Son externos al individuo y pueden
tener una influencia positiva o negativa en el funcionamiento de
las personas.
• Factores personales: que integran todas las características de un individuo
que no forman parte de una condición o estado de salud (edad,
sexo, estilos de vida, hábitos, educación, profesión, etc.).
Este conjunto de factores contextuales pueden desempeñar un papel
determinante en una condición de discapacidad. En general, aunque más
referido a los de carácter ambiental, se suele hablar del efecto facilitador o,
por el contrario, del efecto de barrera que pueden tener sobre el funcionamiento
de un individuo.
La CIF supone un paso de gran trascendencia en la normalización de la
terminología referida a las personas con discapacidad, por cuanto vincula
esta condición a la de funcionamiento y le dota de una dimensión interactiva.
Aparte de sus posibles valores en la unificación terminológica y clasificadora
(de los lenguajes, las normas nacionales, las estadísticas, etc.), contribuye
también a despojar de su connotación peyorativa a muchos términos
que, sin variar de forma sustancial, sí adquieren, a partir de ella, una dimensión
nueva.
La Ley 51/2003, de 2 de diciembre, de Igualdad de Oportunidades,
No Discriminación y Accesibilidad Universal de las Personas con Discapacidad
(LIONDAU), es la que recoge con mayor claridad las nuevas
tendencias. Muchas son las llamadas «medidas de acción positiva» que en
ella se establecen y muchos los ámbitos que se ven afectados por ellas: la
accesibilidad, la participación, la no discriminación, el «diseño para todos».
Ya en el artículo 1 se establece con claridad el espíritu que la preside y se
alude a lo que se entiende por igualdad de oportunidades:
La ausencia de discriminación, directa o indirecta, que tenga su causa
en una discapacidad, así como la adopción de medidas de acción positiva
La discapacidad no es, por tanto, una condición de la persona, sino
una forma determinada de funcionamiento relacionada con una compleja
serie de condiciones, algunas personales y muchas otras vinculadas
al ambiente físico y social.
ATENCIÓN A LOS ESTUDIANTES CON DISCAPACIDAD EN LA UNED
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orientadas a evitar o compensar las desventajas de una persona con discapacidad
para participar plenamente en la vida política, económica, cultural
y social. (Artículo 1). Ley 51/2003 (BOE núm. 289, 3 de diciembre de 2003).
Hoy en día podemos decir que, aunque aún se mantengan estereotipos,
inexactitudes o expresiones que todavía presentan un carácter peyorativo,
muchos son los pasos que hemos dado hasta llegar a compartir una visión
de la discapacidad como algo que no forma parte de la «esencia» de un individuo,
sino más bien de sus circunstancias vitales. Hemos tratado de despojar
a los términos de muchas connotaciones negativas y, sobre todo, normalizado
una situación con la que a diario convivimos. Hemos aprendido
de las personas que viven situaciones de discapacidad y hemos compartido
con ellas sensaciones, sentimientos y, principalmente, una forma de hacer
las cosas más justa y equitativa.
1.1.2. Concepto de necesidades educativas especiales y específicas.
Otros conceptos relacionados
También en el ámbito educativo los modelos médicos han predominado
durante décadas a la hora de abordar la incorporación a la escuela de los
alumnos con discapacidad.
Durante mucho tiempo, los alumnos con discapacidad (considerados
más bien como alumnos «deficientes») se incorporaron al sistema educativo
a través de escuelas especiales, con objetivos y planteamientos metodológicos
diferentes a los de la escuela ordinaria. En muchos casos, sobre
todo en la escolarización de los niños con discapacidad intelectual, la rehabilitación
funcional, el desarrollo de habilidades básicas y la posterior
incorporación al mercado de trabajo —a través de diversas fórmulas de
empleo protegido—, fueron los ejes fundamentales del proceso instruccional.
La segregación de los alumnos con discapacidad contribuyó a potenciar
la idea de que las personas con discapacidad eran «diferentes» y, por ello,
debían recibir una educación diferenciada. La integración social, la vida
independiente, las oportunidades para avanzar en el proceso de aprendizaje
y alcanzar logros similares a los del resto de alumnos resultaban, de este
modo, claramente limitadas.
GUÍA DE ADAPTACIONES Y RECURSOS PARA ESTUDIANTES CON DISCAPACIDAD
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A partir de 1981, tras la publicación del llamado «Informe Warnock»2, se
impuso una nueva concepción de la educación especial, que pasó de tener
que ver con la planificación de una serie de acciones de rehabilitación o instrucción
a partir de un diagnóstico, a la provisión de medios, recursos
materiales, personales y organizativos puestos al servicio de los alumnos
que tienen alguna dificultad adicional para alcanzar los objetivos y metas
educativas. Estos alumnos fueron englobados, desde entonces, en la categoría
de alumnado con necesidades educativas especiales.
Esta nueva concepción pronto se hizo sentir en nuestro país:
El Real Decreto de ordenación de la Educación Especial, en 19853,
impulsó de forma definitiva la integración del alumnado con necesidades
educativas especiales al sistema educativo ordinario en condiciones de
máxima normalización, e inició la puesta en marcha de las estructuras de
apoyo personal y material que aún hoy se mantienen.
Unos años después, la ambiciosa Ley Orgánica de Ordenación General
del Sistema Educativo (LOGSE)4, recogiendo el espíritu del real
decreto, introdujo con carácter normativo el concepto de «alumnos con
necesidades educativas especiales» y reafirmó la idea de que la educación
especial habría de regirse por los principios de normalización e integración
educativa.
El elemento fundamental del concepto de «necesidades educativas especiales
» es su carácter interactivo, esto es, que las necesidades especiales no
deben ser atribuidas sólo a las carencias y limitaciones del estudiante sino,
sobre todo, a la interacción de estas limitaciones con el entorno educativo en
que se llevan a cabo los aprendizajes. Ello hace, a su vez, que estas necesidades
sean relativas y cambiantes, en función de la respuesta educativa proporcionada.
También introduce la idea de temporalidad: la propia LOGSE
distingue entre necesidades educativas especiales temporales y permanentes.
Se parte del supuesto de que el sistema educativo debe proveer los
medios adecuados para que cada alumno alcance los objetivos establecidos
2 Denominado así en alusión a Mary Warnock, presidenta de un Comité de expertos que, a lo largo
de más de cuatro años, realizó un exhaustivo análisis de la situación de la educación en el Reino Unido.
3 Real Decreto 334/1985, de 6 de marzo, de Ordenación de la Educación Especial. (BOE núm. 65,
16 de marzo de 1985).
4 Ley Orgánica 1/1990, de 3 de octubre, de Ordenación General del Sistema Educativo. (LOGSE).
(BOE núm. 238, 4 de octubre de 1990).
ATENCIÓN A LOS ESTUDIANTES CON DISCAPACIDAD EN LA UNED
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con carácter general. La provisión de estos recursos debe realizarse en función
de las necesidades educativas (nunca idénticas) de todo el alumnado.
Para algunos alumnos, estos medios tendrán un carácter especial, diferente
del resto, pero no por ello habrán de suponer una segregación o responder
a un propósito diferente.
Tal vez sea esta insistencia en los recursos y apoyos puestos al servicio
del alumnado, unida al carácter un tanto peyorativo que, con el paso de los
años, ha ido atribuyéndose al término «especial», lo que ha llevado a que,
poco a poco, el concepto de necesidades educativas especiales haya ido quedando
englobado en una noción más amplia como es la de «atención a la
diversidad» o derivando hacia la idea de «necesidades educativas específicas
» o incluso «necesidades específicas de apoyo educativo».
Así, la nueva Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación.
(BOE núm. 106 de 4 de mayo de 2006), opta por hacer una referencia
genérica al alumnado que puede requerir recursos o medios extraordinarios,
englobándolo en la categoría amplia de alumnado con necesidad específica
de apoyo educativo e incluso de alumnos y alumnas que requieren una
atención educativa diferente a la ordinaria.
Al tiempo, otros términos alusivos a la incorporación al sistema de
alumnos con discapacidad, como educación especial o integración educativa,
han ido dejando paso a un concepto mucho más amplio, no siempre utilizado
con propiedad, como es el de «educación inclusiva».
La inclusión supone remover las barreras que impiden el aprendizaje y la
participación como paso necesario para lograr una educación para todos. La
inclusión es una meta, indica un camino. Probablemente el camino que nos
permitirá lograr algún día una educación sin ninguna clase de exclusiones5.
Por último es necesario hacer mención a otros términos y conceptos
que poco a poco van imponiéndose tanto en los ámbitos relacionados con
las personas con discapacidad en general como en aquellos de carácter más
educativo. Además de la ya mencionada «inclusión educativa» podemos
aludir a la «vida independiente», la «igualdad de oportunidades», la «diversidad
funcional», las «barreras para el aprendizaje y la participación», la
«accesibilidad universal», o el «diseño para todos».
5 Puede encontrarse una amplia reflexión sobre este concepto y sus implicaciones en Echeíta, G.
(2006). Educación para la inclusión o educación sin exclusiones. Madrid: Narcea.
GUÍA DE ADAPTACIONES Y RECURSOS PARA ESTUDIANTES CON DISCAPACIDAD
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La utilización de unos u otros está muy mediada por los supuestos de
partida (filosóficos, técnicos, administrativos, etc.), por la pertenencia o no
a determinados colectivos (asociaciones, confederaciones, etc.) e incluso,
por qué no, por las tendencias o modas que a veces se imponen en el lenguaje.
Probablemente todos los términos tengan su sentido si se emplean
sin demasiados maximalismos, pero siempre con respeto y con la menor
carga negativa que sea posible.
1.1.3. Universidad y discapacidad. Terminología empleada
en esta guía
En los niveles posteriores a la educación obligatoria y, sobre todo, en la
universidad, las cosas caminan algo más lentas. También ha habido avances,
pero las barreras para el acceso y la participación de todos aún son
grandes. Es por ello que las universidades, sometidas en estas fechas a un
proceso de transformación de gran envergadura, tienen que aprovechar
también esta oportunidad de cambio para dar un importante paso en la
senda ya emprendida por muchas otras instituciones en el ámbito de la
igualdad de oportunidades de las personas con discapacidad.
La LOU, y, sobre todo la LOMLOU6, que la modifica, además de otros
decretos y disposiciones relacionados con el acceso o la permanencia en los
estudios universitarios, han contemplado también los derechos de las personas
con discapacidad en su articulado:
• Han establecido la necesidad de crear servicios de apoyo a estudiantes
que presentan necesidades especiales.
• Han consolidado la gratuidad en los precios de los estudios que conducen
a la obtención de un título universitario.
• Se han referido a la necesidad de proporcionar apoyos y poner en
marcha procesos de adaptación.
• Han aludido a la flexibilización de algunos requisitos académicos y a
la reserva de plazas para personas con discapacidad.
6 Ley 6/2001, de 21 de diciembre, de Universidades y Ley Orgánica 4/2007, de 12 de abril, de modificación
de la LOU. (BOE, núm. 89, 12 de abril de 2007).
ATENCIÓN A LOS ESTUDIANTES CON DISCAPACIDAD EN LA UNED
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• Han desarrollado, en definitiva, el derecho a la igualdad de oportunidades
no sólo en el acceso, sino en la permanencia, la participación y
el éxito académico de los estudiantes con discapacidad.
A lo largo de las próximas páginas de esta guía vamos a tratar de analizar
algunas de las cosas que hemos hecho en la UNED para recoger este
mandato y vamos a presentar los ajustes y adaptaciones que llevamos a
cabo. Para ello vamos a utilizar de forma preferente dos términos, al referirnos
a sus destinatarios:
Y ello es así porque, como veremos, los servicios que la universidad
viene ofreciendo desde hace ya algunos años no están dirigidos sólo a los
estudiantes que tienen una dificultad para aprender o que necesitan recursos
y apoyos extraordinarios, lo cual podría justificar una denominación de
contenido más educativo. Por ejemplo:
• La exención de los precios públicos es una medida dirigida a un
amplio colectivo de estudiantes que presenta una condición de discapacidad
(superior al 33%), pero que no requiere necesariamente ajustes
o adaptaciones en su proceso de aprendizaje y no presenta, por
tanto, una necesidad especial.
• Lasmedidas específicas demejora de la accesibilidad física o de las TIC
pueden beneficiar a una persona con discapacidad lo suficiente para
que de ningún modo figure en una categoría de necesidad especial.
Trataremos de que el término «discapacidad» haga alusión, en la medida
de lo posible, al propio carácter interactivo (persona y contexto) al que
nos hemos referido en los anteriores apartados. Intentaremos que detrás de
la mención a las personas con discapacidad no se encuentre sólo una descripción
de la deficiencia.
Para ello, en todos los casos utilizaremos los términos «personas con
discapacidad» o «estudiantes con discapacidad» en lugar de personas o
estudiantes «discapacitados».
Principalmente vamos a utilizar el término «estudiantes con discapacidad
» para referirnos a todos los estudiantes que presentan esta condición,
avalada por una certificación de carácter oficial, en lugar del de
«estudiantes con necesidades educativas especiales o específicas».
GUÍA DE ADAPTACIONES Y RECURSOS PARA ESTUDIANTES CON DISCAPACIDAD
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Es evidente, sin embargo, que en el amplio colectivo que conforman los
estudiantes con discapacidad matriculados en la universidad, algunos sí
presentan con claridad necesidades específicas de adaptación o apoyo. Y
también que pueden existir algunos estudiantes que presenten una necesidad
educativa especial o específica y que en cambio no sean estudiantes
calificados de forma oficial con un grado de discapacidad:
• Pensemos por ejemplo en algunas dificultades de aprendizaje ligadas
a la lectoescritura (como la dislexia), que hasta la fecha no son consideradas
como generadoras de una discapacidad (aunque seguramente
deberían serlo ateniéndonos a los parámetros de la CIF respecto al
funcionamiento).
• O pensemos en la posibilidad de que algunos estudiantes sufran un
accidente que les lleve, de forma temporal, a vivir una situación que
puede requerir ajustes o adaptaciones.
Por esta razón, a lo largo de este documento vamos a utilizar también
el término «necesidades educativas especiales o específicas», sobre todo
en los apartados dedicados a la respuesta educativa y las adaptaciones.
1.2. LA UNED Y LOS ESTUDIANTES CON DISCAPACIDAD
En la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), que ya
resulta particular por la forma en la que se desarrollan los estudios y, como
consecuencia, por el tipo de alumnado que predomina (por lo general gente
trabajadora o con cargas familiares o bien habitantes de zonas rurales o
alejadas de las universidades presenciales), se lleva haciendo un esfuerzo,
en los últimos años, por mejorar las oportunidades de los estudiantes con
discapacidad.
La tarea no es fácil. Hay muchas cosas que hacer y parece que siempre
falta tiempo para hacerlas. Casi todos los estamentos de la universidad
están involucrados de una u otra forma en este reto. El personal de los servicios
centrales de la universidad, de las facultades y escuelas, de los Centros
Asociados; profesorado, estudiantes y personal de administración y
servicios. En un sentido u otro y con un mayor o menor nivel de responsabilidad,
toda la universidad lleva un tiempo arrimando el hombro para
ATENCIÓN A LOS ESTUDIANTES CON DISCAPACIDAD EN LA UNED
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mejorar la respuesta que podemos dar a quienes experimentan alguna desventaja
debida a su limitación funcional o, lo que es lo mismo, debida a una
insatisfactoria interacción entre sus condiciones personales y el contexto,
en este caso universitario, en el que se desenvuelven.
Todas las personas que integramos la universidad nos hemos dado cuenta
de que, para lograr una verdadera igualdad de oportunidades, una universidad
para todos, hay sin duda mucho que cambiar (edificios, muebles,
libros, métodos de enseñanza, formas de evaluar…) pero, sobre todo, de que
lo primero que hay que cambiar es precisamente una determinada forma de
ver las cosas: una forma antigua, limitada e injusta de afrontar la diversidad
humana, la que nos ha llevado a ver a algunas personas como «especiales»,
y no como personas con idénticos derechos y deberes a los de la mayoría.
En los últimos años, la matrícula de los estudiantes con discapacidad en
la UNED se ha incrementado de forma extraordinaria. La cifra alcanzada
en este curso, 5.744 estudiantes, supone cerca de la mitad del total de estudiantes
matriculados en todas las universidades españolas y un incremento
espectacular respecto a las matrículas de hace 10 años (Véase Tabla 1).
Tabla 1. Estudiantes con discapacidad matriculados en la UNED
por cursos. Período 1996-2010
96/97 97/98 98/99 99/00 00/01 01/02 02/03 03/04 04/05 05/06 06/07 07/08 08/09 09/10
113 113 487 1.300 1.699 1.996 2.307 2.936 3.398 3.721 4.128 4.037 4.597 5.744
Pero además, estos estudiantes, como el resto de los matriculados en la
UNED, se distribuyen en cada uno de los 61 Centros Asociados, en los que
tienen la oportunidad de acudir a tutorías semanales de carácter presencial
y de realizar, en cada una de las convocatorias ordinarias o extraordinarias,
las pruebas de evaluación.
Buena parte de los servicios de gestión y administración de la UNED se
ubica, sin embargo, en su Sede Central de Madrid, distribuidos entre las
dependencias del Rectorado y las distintas Facultades Escuelas, en las que
se encuentra el profesorado, además de sus correspondientes servicios
administrativos.
Ello hace, como puede suponerse con facilidad, enormemente complicadas
algunas tareas relacionadas con la organización de la respuesta eduGUÍA
DE ADAPTACIONES Y RECURSOS PARA ESTUDIANTES CON DISCAPACIDAD
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cativa, no sólo para los estudiantes con discapacidad, pero sí especialmente
para ellos: por ejemplo la decisión sobre los ajustes necesarios para compensar
una dificultad; la dotación de recursos personales o materiales
extraordinarios; la gestión de cualquier demanda o una simple solicitud de
información.
No obstante y a pesar de las dificultades, muchas cosas se han hecho en
los últimos años y en muy diversos ámbitos relacionados con la igualdad de
oportunidades. Veamos de forma sucinta las principales, agrupadas en
cinco apartados:
Desde 1995 la UNED viene aplicando la exención del abono por servicios
académicos a aquellos estudiantes que acreditan una discapacidad
física, psíquica o sensorial igual o superior al 33%. Esta medida,
que desde el año 2007 presenta carácter obligatorio para todas las
universidades, ha contribuido de manera espectacular al incremento
de la matrícula al que nos hemos referido.
En los distintos edificios de la UNED, tanto de la Sede Central como
de los Centros Asociados, se han promovido, a lo largo de estos años,
distintas actuaciones encaminadas a mejorar la accesibilidad física de
los servicios y dependencias. El desarrollo de estas acciones ha resultado
muy desigual y, por lo general, ha estado en función de la disposición
de los responsables de cada uno de ellos y de las posibilidades presupuestarias.
Sólo en los últimos años se ha acometido la realización
de un Plan Integral de accesibilidad coordinado y gestionado por los
Servicios Centrales de la UNED. En un estudio reciente realizado por
UNIDIS en los distintos Centros Asociados se recopilaron datos sobre
algunos elementos relacionados con la accesibilidad (Véase Tabla 2).
Tabla 2. Principales indicadores de accesibilidad en los Centros Asociados
de la UNED
Parking Mobiliario
Número total Accesibilidad
accesible y adaptado (mesas
de Centros y edificio y Baños Ascensor
reserva plaza para silla de
Subcentros planta baja adaptados accesible
personas con ruedas, sillas
analizados accesible
discapacidad adaptadas, etc.)
178 142 70 98 96 121
ATENCIÓN A LOS ESTUDIANTES CON DISCAPACIDAD EN LA UNED
27
También de forma dispersa, aunque en ocasiones se ha tratado de
actuaciones de gran calado, se han desarrollado acciones relacionadas
con la mejora de la accesibilidad de las Tecnologías de la Información
y la Comunicación. Muchos profesores de la universidad llevan
tiempo tratando de mejorar la accesibilidad de sus materiales didácticos
y de las plataformas virtuales de aprendizaje en sus asignaturas
e incorporando el diseño para todos, de una u otra forma, en los planes
de estudio de sus titulaciones. Existen departamentos especializados
en nuevas tecnologías (por ejemplo en la Escuela Técnica
Superior de Ingeniería Informática) cuyos profesores están involucrados
en proyectos de investigación y desarrollo de tecnologías
accesibles para estudiantes con discapacidad. Algunas de estas iniciativas
han sido fruto de acuerdos de colaboración con otras instituciones
(Real Patronato sobre Discapacidad; Fundación ONCE;
Fundación Vodafone, etc.).
La puesta en marcha de adaptaciones en los procesos de enseñanza y
aprendizaje y en la evaluación de los estudiantes con discapacidad en
la UNED ha sido, como en cualquier ámbito formativo, una práctica
consustancial a las tareas de docencia en nuestra universidad a lo
largo de toda su historia. Muchos profesores de forma individual,
equipos docentes, departamentos, tutores u otros profesionales de la
UNED han contribuido, en sus respectivos ámbitos de competencia,
a proporcionar los ajustes y adaptaciones necesarios para que los
estudiantes con discapacidad pudieran compensar sus dificultades.
Sin embargo, será a partir del año 2000 cuando la UNED incorpore
esta tarea como una prioridad en sus planteamientos educativos y
cuando establezca una estructura estable para asesorar, gestionar y
canalizar las demandas de los estudiantes y las iniciativas de la universidad
para responder a ellas.
Esta estructura, creada en 2000, fue la Unidad de Integración para
Alumnos con Discapacidad (posteriormente, a partir de 2005 denominada
Unidad de Discapacidad y Voluntariado de la UNED). Su puesta
en marcha se vio sin duda facilitada por el empeño de algunos profesores
de la UNED y por la voluntad decidida de sus órganos de
Gobierno, que contribuyeron de forma decisiva a su consolidación.
Con un equipo de trabajo que continuó ampliándose a lo largo de los
años, la Unidad desarrolló una compleja labor organizativa y de coorGUÍA
DE ADAPTACIONES Y RECURSOS PARA ESTUDIANTES CON DISCAPACIDAD
28
dinación para lograr hacer lo más efectiva posible la respuesta a los
estudiantes que presentan alguna discapacidad. No cabe duda de que
el incremento de la matrícula de estudiantes con discapacidad en
estos últimos años puede considerarse, a la vez, un factor causal de la
consolidación de la Unidad y una consecuencia de su trabajo.
1.3. UNIDIS, ORGANIZACIÓN Y FUNCIONAMIENTO
El apoyo de la Fundación MAPFRE permitió a la UNED, a comienzos
del año 2008, dar un nuevo paso en la atención a los universitarios con discapacidad
con la creación de UNIDIS. El Centro de Atención a Universitarios
con Discapacidad, UNIDIS:
Se configura como un centro de servicios a la comunidad universitaria,
con dependencia orgánica del Vicerrectorado de Estudiantes y
Desarrollo Profesional.
Asume la función principal de la Unidad de Discapacidad y Voluntariado:
lograr que los estudiantes con discapacidad tengan las mismas
oportunidades que el resto de estudiantes de la UNED.
Se refuerza con recursos humanos y técnicos que le permiten tanto
mejorar la calidad del servicio prestado hasta su creación como
afrontar la puesta en marcha de nuevas iniciativas a favor de la igualdad
de oportunidades.
Cuenta con un Consejo Asesor del que forman parte representantes
de la propia UNED, de organismos públicos relacionados con la discapacidad,
de las entidades patrocinadoras y profesionales expertos
en este ámbito.
En sus dos primeros años de funcionamiento, UNIDIS ha contado con
5 técnicos expertos en discapacidad y dos miembros del Personal de Administración
y Servicios, todos ellos coordinados por un Director Técnico.
Recientemente se ha sumado un técnico en documentación.
Para el desarrollo de sus tareas, además del patrocinio estable de la Fundación
MAPFRE, la UNED ha firmado Convenios y acuerdos de colaboración
con entidades públicas y privadas entre las que cabe destacar:
• La Fundación Universia.
ATENCIÓN A LOS ESTUDIANTES CON DISCAPACIDAD EN LA UNED
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• La Caja De Navarra.
• La Organización De Estados Americanos Para La Educación, La Ciencia
Y La Cultura (OEI).
• El Real Patronato Sobre Discapacidad.
• La Fundación ONCE.
• El Comité Español De Representantes De Personas Con Discapacidad
(CERMI).
• La Confederación Estatal De Personas Sordas (CNSE).
Desde UNIDIS se coordinan y desarrollan una serie de acciones de asesoramiento
y apoyo a la comunidad universitaria que contribuyen a suprimir
barreras para el acceso, la participación y el aprendizaje de los universitarios
con discapacidad. Estos son sus principales ámbitos de trabajo:
• La información, el asesoramiento, la orientación y el apoyo a los estudiantes
con discapacidad o a quienes quieren acceder a la UNED,
sobre diversas cuestiones relacionadas con los estudios en la universidad
y las mejores condiciones para llevarlos a cabo.
• La mediación entre el estudiante con discapacidad y los diferentes
departamentos y servicios universitarios, tanto docentes como administrativos,
para la adaptación de los procesos de enseñanza y aprendizaje
y de evaluación a las necesidades derivadas de la discapacidad
o la diversidad funcional.
• El desarrollo y la participación en acciones de asesoramiento, apoyo,
sensibilización y formación dirigidas a la comunidad universitaria, sobre
las necesidades específicas que tienen las personas con discapacidad.
• La coordinación de acciones para la mejora de la accesibilidad física
y de las TIC en los diferentes servicios de la universidad y sus Centros
Asociados.
• El diseño de una red de voluntariado y coordinación de personas
voluntarias en los diferentes colectivos que integran la universidad.
• El desarrollo de acciones para la inserción laboral de los estudiantes
y titulados universitarios con discapacidad, en colaboración con el
Centro de Orientación, Información y Empleo (COIE) y a través de
acuerdos con otras entidades.
GUÍA DE ADAPTACIONES Y RECURSOS PARA ESTUDIANTES CON DISCAPACIDAD
30
En torno a estos ámbitos de trabajo se lleva a cabo la labor diaria del
personal técnico y administrativo de UNIDIS. La pretensión de este centro
es servir de referencia, en primer lugar, a todos y cada uno de los estudiantes
de la UNED que presentan una discapacidad o una necesidad especial.
Pero también alcanzar un nivel de colaboración con otras universidades,
organismos e instituciones que permita avanzar de manera conjunta en el
camino de garantizar la igualdad de oportunidades y derechos de las personas
con discapacidad.
1.4. ALGUNOS DATOS Y CIFRAS
Los 5.744 estudiantes que han declarado una condición de discapacidad
en el curso 2009/2010 se distribuyen, como ya se ha dicho, en los distintos
Centros Asociados repartidos por el territorio nacional. El número total de
matrículas en cada una de las Comunidades Autónomas en las que se integran
los Centros es la que presenta en el Gráfico 1. A estas cifras hay que
añadir los 7 estudiantes con discapacidad matriculados en Centros Penitenciarios
y los 20 de los Centros en el extranjero.
Gráfico 1. Estudiantes con discapacidad matriculados en la UNED por Comunidad Autónoma.
(Curso 2009/2010).
ATENCIÓN A LOS ESTUDIANTES CON DISCAPACIDAD EN LA UNED
31
Aunque muchos estudiantes no declaran de forma expresa este dato
(que sólo es requerido de forma obligada en los casos en los que se solicitan
adaptaciones curriculares u otros apoyos específicos), las cifras que se
presentan en el Gráfico 2 pueden darnos una idea de la distribución de los
estudiantes según el tipo de discapacidad.
Gráfico 2. Estudiantes matriculados por tipo de discapacidad (Curso 2009/2010)
Como vemos, las discapacidades relacionadas con dificultades físicas y
motoras son predominantes, aunque es preciso hacer constar que muchas
de ellas pueden ser resueltas sin poner en juego medidas o apoyos extraordinarios,
si bien siempre será necesario estar alerta para mejorar de forma
paulatina las condiciones de accesibilidad de la universidad, para tratar de
que el contexto en el que estos estudiantes se desenvuelven no provoque, a
su vez, nuevas limitaciones y restricciones.
En el conjunto de planes de estudio de la UNED, exceptuando la formación
continua, se han registrado un total de 6.252 matrículas de estudiantes
con discapacidad. La diferencia de esta cifra con la del número de
estudiantes (5.744) viene dada porque muchos de ellos están matriculados
en más de un plan. Para tener una aproximación de la distribución de estas
matrículas en los distintos planes, ofrecemos unas cifras globales del curso
2009/2010 (Véase Gráfico 3).
GUÍA DE ADAPTACIONES Y RECURSOS PARA ESTUDIANTES CON DISCAPACIDAD
32
CUID (Centro Universitario de Idiomas a Distancia).
Gráfico 3. Número total de matrículas en el conjunto de los planes de estudio
(Curso 2009/2010).
A lo largo del curso 2009/2010 se han recibido en UNIDIS solicitudes de
adaptación por parte de 678 estudiantes. Esta cifra es ligeramente inferior
a la del pasado año, lo cual, si tenemos en cuenta el considerable incremento
de la matrícula, revela que las solicitudes de adaptación han descendido
proporcionalmente de manera significativa tal vez por un mayor
ajuste de la oferta educativa a la diversidad de necesidades.
De estas solicitudes se han concedido adaptaciones, finalmente, a 587
estudiantes. En el resto de los casos, o bien UNIDIS o los propios estudiantes
no las han considerado necesarias o adecuadas realmente a sus
necesidades específicas.
En conjunto, los 13 tipos de adaptaciones genéricas concedidas han
afectado a 1.706 estudiantes (es decir, a una media de casi 3 adaptaciones
por cada uno de los 587 estudiantes) y a 3.043 asignaturas (es decir, una
media de 5,2 asignaturas por estudiante). (Véase Tabla 3 y Gráfico 4).
De las 13 adaptaciones concedidas, las más frecuentes han sido:
• Apoyo o ayuda por parte del tribunal, tanto en número de estudiantes
como de asignaturas.
ATENCIÓN A LOS ESTUDIANTES CON DISCAPACIDAD EN LA UNED
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• Ubicación diferente para el examen, frecuente en número de asignaturas
y también en estudiantes.
• Ayudas técnicas o material adaptado, proporcionado por el estudiante,
también frecuente en número de asignaturas y algo menos en
número de estudiantes.
Tabla 3. Adaptaciones genéricas concedidas (Curso 2009-2010)
ADAPTACIÓN GENÉRICA
NÚMERO
ESTUDIANTES
NÚMERO
ASIGNATURAS
Exámenes en Braille 29 89
Exámenes en otros soportes 76 172
Exámenes con texto ampliado 107 270
Exámenes con adaptación de representaciones gráficas 37 47
Exámenes adaptados a tiempo o a otras modalidades 160 225
Contestaciones al examen por parte del estudiante en otros soportes 177 276
Acompañante durante la realización del examen 60 142
Ayudas técnicas o material adaptado proporcionado por el estudiante 181 324
Accesibilidad al Centro 93 265
Mobiliario y/o material adaptado proporcionado por el Centro Asociado 112 273
Ubicación diferente para la realización de los exámenes 195 325
Soporte informático proporcionado por el Centro Asociado 151 285
Apoyo o ayuda por parte del Tribunal 328 350
TOTALES 1.706 3.043
Hay que tener en cuenta que las adaptaciones concedidas deben ser elaboradas
para cada una de las convocatorias de examen y, por lo general, en
cada una de las dos semanas en las que los estudiantes pueden optar a examinarse.
Además, una buena parte de las asignaturas son de carácter anual,
con lo que es necesario adaptar, al menos, en las dos convocatorias ordinarias.
Puede considerarse que:
La cifra absoluta de ajustes y adaptaciones necesarios (no sólo las
que realizan los profesores), teniendo en cuenta todos los tipos de adaptación,
todas las asignaturas y todas las situaciones posibles de examen
puede elevarse a cerca de 10.000.
GUÍA DE ADAPTACIONES Y RECURSOS PARA ESTUDIANTES CON DISCAPACIDAD
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Gráfica 4: Adaptaciones genéricas concedidas (N.º de asignaturas/N.º estudiantes)
(Curso 2009/2010).
Este conjunto de cifras, junto con las acciones que han sido reflejadas
en los apartados precedentes, pueden darnos una idea del resultado final de
los esfuerzos que se llevan a cabo en la UNED para garantizar en lo posible
la participación de los estudiantes con discapacidad, en igualdad de condiciones,
en la vida universitaria.
Pero la pretensión fundamental de esta guía es proporcionar a los estudiantes
que lo precisen orientaciones concretas para hacer llegar a UNIDIS
sus demandas y necesidades, tratando de mostrar, a la vez, la complejidad
de los procesos de ajuste de la respuesta educativa. A ello vamos a dedicar
los dos próximos capítulos.

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